Santiago Guzmán Martínez
La familia es el primer y más importante apoyo para el deportista, así como en el caso de este futbolista profesional.
Nacido en Envigado, pero criado principalmente en Bogotá, Guzmán es un futbolista profesional que pese a ya haber firmado su primer contrato, tiene que seguir luchando si quiere mantenerse en su sueño de una vida enfocada en el fútbol. Desde los 9 años empezó en el club La Equidad, en sus divisiones menores. Su mamá fue la primera en llevarlo allí para practicar el deporte que tanto le gusta. Fue progresando en las diferentes categorías hasta que, al ya estar en el plantel sub-20. Aquí la pandemia por el Covid-19 fue una inesperada ayuda; ya que, la reducción en los sueldos por la emergencia económica que significó el ‘encierro’ obligatorio, hizo que el club acudiera a sus jugadores jóvenes para completar la plantilla profesional. Aquí, recibió la llamada del entrenador del primer equipo, Alexis García, para recibir la oportunidad en el equipo profesional.
Hacer carrera en el fútbol es complicado, y Guzmán lo ha experimentado. Pese a esta oportunidad, la falta de minutos de juego es un problema al que se enfrentan los jugadores, ya que solo jugando es que un futbolista puede progresar y consolidarse en un equipo, es por ello que ha buscado esta regularidad. Su carrera hasta ahora se ha desarrollado de la siguiente manera:
“Es una carrera difícil que también como hay cosas buenas, hay cosas malas que los baja de ánimo, pero siempre estábamos ahí para apoyarlo”, esta frase de Diego Guzmán, padre de Santiago, revela una de las claves en la carrera de Guzmán, el apoyo de su familia. Sobre todo, cuando se tiene en cuenta todo lo que tuvieron que superar.
Pese a que le fue arrebatada su madre Fadia, ‘el paisa’ como le decían en el colegio, convirtió la tristeza en motivación y gracias a su familia, se siguió formando y recibió el apoyo necesario para llegar a su objetivo de ser profesional. Guzmán reconoce que su familia es el 80% responsable de su logro. Además, su hermano menor Juan Diego, le quiere seguir los pasos, lo respeta mucho y Guzmán lo respalda tanto como el resto de su familia lo hizo con él.
Ahora bien, como futbolista, se define de una forma clara. Lateral derecho con buena técnica e inteligencia de campo, consciente de los momentos para atacar y recular; algo importante en el fútbol contemporáneo donde los laterales toman protagonismo en la ofensiva del equipo. En los entrenamientos es común que haga trabajo con las pesas, y para el fortalecimiento de su cuerpo,ya que son sus ejercicios favoritos. Sin embargo, a la hora del trabajo de táctica o corrección mediante videos reconoce: “ a mí me cuesta mucho porque no era de los que me gustaba verme jugar”; aún cuando es requisito en los equipos actualmente, gracias al avance tecnológico.
Ahora bien, no hay nada como el día del debut como profesional: “Me sentía como niño pequeño; debuté contra Cúcuta, acá en el Estadio de Techo en la noche. Recuerdo la postal cuando salgo al campo: la luz, la cancha, una alegría muy linda por lo que he luchado cada día”. Una experiencia que disfrutó más ya que salió desde el banco de suplentes, cosa que, como asegura Guzmán, le quitó presión. La emoción fue tal que esa noche no pudo ‘pegar ojo’ pensando en lo que había pasado.
Una emoción solo comparable a su primer gol; un violento remate de cabeza tras un centro por la izquierda. Un partido de la Copa Colombia hace poco más de un año, que finalizó en empate, pero en el que lamentablemente su equipo quedó eliminado. Pero quedó grabado en su memoria: "nunca vas a olvidar el primer gol, la alegría de marcar tu primer gol es algo también lindo y también el impacto que va después del partido con tus familiares", comenta Guzmán.
De todas formas, Guzmán sabe que la carrera futbolística es corta y tiene claro que quiere hacer cuando no pueda continuar en el deporte que ama. Diego Guzmán aclara que siempre ha sido una prioridad la educación de su hijo. En esto, Guzmán tiene la aspiración de poder desempeñar la carrera de su padre, arquitectura. De momento, es complejo debido a que su trabajo le impide asistir presencialmente a cualquier universidad, pero es una meta por la que también va a luchar junto a su familia a la que es tan devoto.